Entrevista a Cristina de Middel, Alumni Destacada 2023

Cristina de Middel es licenciada en Bellas Artes (2001) en la Facultad de Bellas Artes de la Universitat Politècnica de València ha demostrado su excelencia en el campo de la fotografía. Uno de los puntos destacados fue la publicación en 2012 de su fotolibro "Afronautas", que relata la historia del breve programa espacial de Zambia en África del Sur. La nominación para el premio de fotografía Deutsche Börse en 2013 y la consecución del premio Infinity del Centro Internacional de Fotografía (ICP) el mismo año fueron reconocimientos importantes de la calidad y el impacto de su trabajo.

1. En estos últimos meses has inaugurado varias exposiciones en diferentes lugares de la Comunitat Valenciana: Etcétera! en el CCCC, Cucurrucucú en la Facultad de Bellas Artes de la UPV y la colectiva Close Enough: New Perspectives from 12 Women Photographers of Magnum en Alicante, de donde tú eres. ¿Esta presencia es por algo en especial?

La verdad no creo que ha sido solo una cuestión de casualidad, en cierto modo surgieron varias oportunidades al mismo tiempo y yo tenía disponibilidad y trabajo nuevo para mostrar justo cuando llegaron las propuestas. Sí que es verdad, que cuando me convertí en presidenta de Magnum desde la Generalitat Valenciana me llamaron para ver como podíamos celebrarlo y acercar Magnum a la Comunidad Valenciana.

Entonces, se organizaron tres eventos: una exposición de capa en Valencia, un Live Lab, que es un trabajo en conjunto realizado, en este caso, por las 3 fotógrafas de Magnum de España: Lua Rivera, Cristina García Rodero y yo; una exposición de todas las mujeres de Magnum que se inauguró en Alicante. Por otro lado, la Generalitat pensó en tener una actividad y una presencia de Magnum en cada una de las provincias y luego, añadido a eso, estaba un proyecto que se estaba medio cocinando desde hace un tiempo con el Centro del Carmen de Cultura contemporánea (CCCC). Al final salió todo al mismo tiempo, que no es lo ideal, pero por otro lado lo disfruté un montón, la verdad.

2. Vamos a hablar de tu nombramiento como presidenta de Magnum 2022. Un hito para la fotografía española. ¿Cómo surgió? ¿Cuál dirías que es hoy el horizonte de Magnum?

Me hicieron presidenta en el año 2021 y fue una combinación de varios factores. Me hicieron miembra un miércoles y el viernes dentro de la reunión anual de Magnum me nombraron presidenta. Yo creo que porque al final soy una figura que ha estado presente. Aunque en las reglas de Magnum cuando no eres miembro tampoco puedes participar mucho, yo he estado siempre muy activa, intentando dar mi opinión y demostrando realmente un verdadero interés por intentar cambiar y actualizar la agencia.

Cuando se dio la oportunidad hubo las suficientes personas que pensaron que podría aportar algo a la agencia. Yo creo que también mi trabajo, al estar un poco en el medio entre lo conceptual y artístico, y lo documental, en cierto modo soy una figura que calma o que puede tener la comprensión necesaria para dialogar entre los dos extremos. Eso también ayuda porque Magnum es una agencia muy diversa en cuanto al lenguaje y a las generaciones. Mi trabajo, aunque no lo parezca, es bastante conciliador de los extremos.

En cuanto los nuevos horizontes de Magnum, yo creo que es seguir lo que han hecho los demás, que es intentar que la agencia siga siendo relevante, que sea un punto de referencia y que siga viva porque realmente aún no quedan vivas muchas agencias más allá de los grandes medio o agencias de noticias. Nosotros no somos una agencia de noticias, somos una agencia de fotógrafos y somos una cooperativa, con lo cual es muy específico y muy difícil de compararlo con otras empresas.

Luego Magnum, con la historia que tiene, en muchos casos se confunde con una institución que tiene que pronunciarse y en realidad es una empresa que primero tiene que sobrevivir. Yo me he estado centrando en reorganizar ese equilibrio y seguir el mandato que tendría cualquier presidente, que es representar a los fotógrafos y que estos puedan seguir trabajando de manera independiente, decente y documentando el mundo siguiendo su propia visión y lenguaje.

Siempre ha habido retos en el horizonte, desde que surgió la fotografía a color, luego cuando surgió la fotografía digital, cuando los medios se volvieron digitales y entró una gran crisis en la distribución de noticias; y ahora con la inteligencia artificial con lo que cada vez más difícil de distinguir una noticia de una imagen sintética o de algo que nunca ocurrió.

3. ¿Qué es para ti una buena foto?

Pues para mí una buena foto es una que te pide quedarte más tiempo frente a ella y que requiera tiempo de reflexión para saber qué es lo que te está diciendo. Si una foto la consigues prever y ya tienes casi una reacción automatizada hacia ella para mí no sirve de nada porque estás reiterando algo, estás consolidando algo que el que está viendo la foto ya sabe. Pasa esto en muchos casos con las fotos más cliché, que van desde la foto de un gatito o la foto de un atardecer, a incluso las fotos de conflicto en la que puedes ver una mujer con velo llevando un cadáver junto una destrucción detrás, ya sabes que es conflicto en oriente medio y que es contarlo de nuevo de la misma manera.

Cualquier elemento ya sea en la composición, en el contenido, en el título, en cualquiera de los parámetros en los que puedes añadir significado a las fotos, si consigues quebrar esa lectura automática, para mí es una buena foto. Eso conlleva que te hace pensar.

4. ¿Qué diferencias hay entre la Cristina de Middel fotógrafa de hace 10 años y la de ahora?

La de ahora está mucho menos enfadada e indignada con la prensa, con lo documental y bueno, he conseguido también apaciguar que se callase el síndrome del impostor. Digamos que hablo y me muevo con mucha más confianza, también porque tengo la seguridad de que si me equivoco sabré pedir perdón o sabré rectificar. Esto no significa que ahora haga las cosas bien ni mucho menos, pero en cierto modo es la madurez y que me estoy haciendo vieja también ahora, las prioridades son otras.

Creo que en el fondo sigue existiendo y sigue siendo el motor que me mueve, el explicar el mundo en el que vivimos desde un punto de vista que nos haga pensar y que nos aleje de la visión bipolar o propagandística que dan ahora los medios. Siempre mi temática está relacionada con lo que está pasando en el mundo y mi lenguaje siempre está relacionado con cómo yo creo que se deberían de contar historias. Así que en ese sentido soy la misma de hace 10 años.

En cómo me muevo y cómo me afecta la opinión de los demás o cómo entiendo la industria pues es donde ha habido cambios. 

5. ¿Cómo es ese recorrido del fotoperiodismo a lo que haces ahora?

Lo que hago ahora es mi propia versión del fotoperiodismo, es decir, contar la realidad con imágenes. Sí que es verdad, que no trabajo en un medio de información o en un periódico, pero en cierto modo es ampliar el fotoperiodismo a convertirte en tu propia plataforma. Es decir, como no publico en periódicos; hago libros, exposiciones o posts en Instagram junto otro tipo de campañas para que esa información que yo he contado con imágenes llegue a la audiencia de otro modo.

En realidad, no cambia mucho, lo que tengo es mucha más responsabilidad, pero también mucha más libertad. Soy yo quien elige los títulos, las secuencias, los temas, los textos que acompañan a las fotos, pero eso al final equivale a seguir haciendo crónica, que es lo que hago, sólo que desde un ángulo muy normal. Digamos que, si nos tuviésemos que limitar al espacio de un periódico, antes estaba en la sección de noticias y ahora quizá, estoy en la de opinión. 

6. Todo lo que tiene que ver con las IAs está llegando a todas los niveles y áreas de conocimiento. En lo relacionado con la fotografía ¿cómo va a influenciar la IA? 

En el mundo de la fotografía, lógicamente las imágenes que son previsibles y que no tienen mucha carga de autor ni de mirada, ni que rompen un poco el status quo, lo tienen un poco más complicado porque son fáciles de reproducir y al final depende solo de la técnica en muchos casos. Entonces, creo que toda la fotografía de stock, publicitaria o de moda, es decir, de un solo nivel que muestra el producto y que no son ensayos más personales, yo creo que va a afectar muchísimo y son posiblemente secciones de la industria de la fotografía que van a desaparecer.

Para todo lo demás, como la fotografía social, y eso incluye por ejemplo la fotografía de bodas, en la que sí que necesitas estar ahí y que la gente quiere realmente tener un documento de lo que ha pasado pues la inteligencia artificial va a tener un impacto mucho menor.

Desde Magnum, tenemos varias secciones que estamos acompañando para ver cuál es el impacto que va a tener. Son las secciones de licencia, y de la foto que en cierto modo puede servir de ilustración a temas más genéricos, como portadas de libros y demás, pero lo gordo y lo que hace, que sea, digamos, la seña de Magnum y el ADN de Magnum está precisamente en la voz autoral, con lo cual veo muy difícil que sea suplantado totalmente por la inteligencia artificial.

Tú puedes hacer una foto con Martin Parr, pero no puedes tener las mismas ideas que Martin Parr, entonces como es una agencia en la que siempre se ha promocionado y se ha cuidado muchísimo esa faceta del autor, creo que estamos más protegidos que otras facciones de la industria.

Desde Magnum también estamos participando en varias iniciativas, una de ellas una plataforma que se ha creado junto con la Universidad de Columbia, la Asociación Americana de Periodistas y la fundación del World Press Photo, para no solo poner las herramientas para que la gente comprenda bien las diferencias y poner ahí recursos para la investigación, sino también intentar presionar a los gobiernos para que regulen en torno a cómo diferenciar una imagen de la otra y proteger también a la audiencia.

De la misma manera que vas a un supermercado y tú sabes que lo que estás comprando es orgánico o transgénico, porque tienen que colocar todos los ingredientes para informar al consumidor, pues estamos en estos grupos que intentan que los gobiernos fuercen a quien esté utilizando inteligencia artificial, sobre todo para ilustrar crónicas y noticias, que informen a la audiencia de que esa imagen es sintética y no está creada por un fotógrafo.

Entonces hay un camino largo por recorrer, pero espero que todo al final caiga en su sitio.

7. ¿Cómo valoras la formación recibida en la UPV?

Pues, muy bien. Bueno, en una manera supongo que muy diferente de estudiar, de cómo es ahora, con lo cual sí que tenías que ir a la biblioteca, leer libros, escribir y no tenías tampoco muchas herramientas. Yo me acuerdo que no tenía ni un ordenador y las cosas se hacían a máquina o escritas a mano, incluso recuerdo que las clases de diseño gráfico se hacían con tiralíneas, cúter y demás. Con lo cual, en cierto modo, estoy súper agradecida de haber tenido esta formación analógica, porque me siento muy preparada para hacer las cosas de otra manera con las posibilidades que hay ahora desde un conocimiento que yo misma he experimentado.

Por otro lado, creo que, al margen de los profesores, que sin duda tuve varios que me ayudaron mucho y que me marcaron, también el ambiente universitario y los años en los que yo estuve en la universidad, fueron muy importantes y, bueno, es la Facultad de Bellas Artes, que conlleva cierta libertad y cierta transgresión que yo tuve la suerte de vivir.  Sí que había una sensación muy lúdica, pero al mismo tiempo, muy responsable, como que nos estábamos preparando todos para ser jugadores profesionales. 

8. ¿Qué destacarías de tu paso por la UPV como estudiante?

Creo que el campus actual es muy diferente al que estaba yo, pero lo que destacaría sobre todo es la comunidad que se creó y la sensación de hermandad con todos los demás alumnos. Además de la ilusión con la que empiezas una carrera que, en cierto modo, es bastante incierta.

En Bellas Artes hay muchas posibilidades de trabajar con amigos y en conjunto. Pero vamos, en general para mí, más allá de lo académico, que me sirvió muchísimo y sin la formación no hubiese podido llegar a ningún lado, sobre todo porque yo no tenía ninguna formación artística previa ya que venía de la carrera de derecho. Lo más significativo es ese aspecto de comunidad y de hermandad que se crea con los alumnos que la propia institución facilita: mis amigos.